jueves, 22 de enero de 2009

Sobre ser Universitario

SOBRE SER UNIVERSITARIO
Jorge Oswaldo Cuellar Noyola

La universidad y el ser universitario son palabras usadas muy comúnmente para referirse a ciertas personas que se encuentran en determinado estado a nivel social y legal; pero este término tan usado, solo lo es para denominar a cierto tipo de personas, y el hecho de nombrarlas así no quiere decir que sean la representación exacta de la palabra, misma que proviene del latín universitas que da a entender “universalidad”.

Ser estudiante universitario no es solo cursar materias y aprobar exámenes, ya que esto es lo que de por sí hace todo tipo de estudiante, el estar en una universidad implica cuestiones más comprometidas y serias, pues así como hay diferencia entre la universidad y las etapas anteriores, así debe serlo para el estudiante que se encuentra en dicho grado. Parafraseando al filósofo alemán Kant, ese debería ser la razón del actuar de un universitario, pero del deber al ser hay una gran diferencia entre esa idealidad y la realidad.
Según Nietzsche: “Para vivir solo, hay que ser una bestia o un dios dijo Aristóteles. Queda un tercer caso: hay que ser... filósofo.” Para ser estudiante universitario sería lo mismo, generalmente se puede visualizar varios tipos de ser, el “Bestia” que a veces no entra a clases o a la mitad la abandona, que hay veces que solo está ahí para cumplir un requisito familiar y/o con la sociedad y que no le interesa en lo más mínimo lo que estudia sino más bien la cuestión social. Muchas de estas bestias comúnmente cambian de licenciatura o universidad, ya se que no se hallaron en su “sitio” o terminaron siendo rechazados por el mismo. Es este mismo universitario “Bestia” el cual genera en muchas universidades algunos disturbios o accidentes “sin querer” y son los primeros en dar el impulso a estos movimientos que de otra forma no pasarían de ser un simple detalle, pero que ellos lo llevan al absurdo, dejando a un lado la razón y guiándose solo por el impulso instintivo. De ahí que en las celebraciones y eventos no educativos son los primeros en estar presentes y en ofrecer servicios, pero para eventos educativos y conferencias son los primeros en huir.
Para Rousseau, la educación[1] viene de 3 lugares: la naturaleza, los hombres, la experiencia con las cosas y el aprender en el caso de los hombres que enseñan a otros. La educación, en ésta última, sólo en parte depende de estos “Maestros”, así entonces, la otra parte es la que implica al estudiante, pues él mismo tendrá que desarrollar y aplicar sus facultades para poder aprender y obtener conocimiento.
No es este el caso de los estudiantes “bestias” o “Neanthertales”[2] que solo esperan a que el maestro en clase les dé todo y aprendan casi por arte de magia (Que el enseñar y dar clases sí es un arte y a veces, más que magia parece milagro) y se evidencia en cuanto a que en sus respuestas a las pruebas de conocimiento ponen exacta y literalmente lo que dice el profesor o lo que pudieron alcanzar a copiar, incluso con errores, ya sea del maestro o de donde copian la información. Y a la hora de reprobar son los primeros en andar rogando por una prórroga o una segunda oportunidad y es nada más en estos casos que algunos llegan a estudiar en serio, pero solo para eso, para pasar.
En contraste a estas “bestias Neanthertales” estarían los dioses, aquellos “mataditos” que dan su vida por el estudio, no por el estudio mismo. De estos hay varias clases: los que están por adquirir un rango social importante en la jerarquía del mundo, los que buscan ganar mucho dinero y solo estudian determinada licenciatura porque supuestamente genera mucho dinero, así como también los hay quienes se ven obligados a estudiar determinada licenciatura por tradición familiar o por capricho de los padres que atentan contra la libertad de los hijos pensando supuestamente en su futuro, que obviamente es solo el económico y no el del alma.
Mención aparte merecerían otros que son igual de mataditos pero no por cuestiones sociales o por tradición familiar, sino por cuestiones más complejas y serias, es decir: por necesidad, evidentemente no por gusto y a diferencia de los anteriores a pesar de matarse estudiando, todavía pueden llegar a tomar en serio su licenciatura por la misma razón de que no es por gusto sino por necesidad, pero esto es una cuestión diferente a los 2 mencionados anteriormente.
A estos estudiantes les importará más crear una impresión ya sea falsa o no, de lo que hacen y como lo hacen, no importando qué tengan que hacer para lograrlo; este tipo de universitarios pueden llegar al grado de hasta descuidar la salud física o mental con tal de conseguir su objetivo. La obsesión llega al grado de nerviosismo y a pocos minutos de una prueba ya sea oral y escrita, se encuentran tan nerviosos y todavía estudiando porque no saben si van a pasar la materia o no, siendo que se han “matado” estudiando varias noches, siendo este nerviosismo y estudio previo 1 hora antes de la prueba algo inútil ya que al final aprueban y su mente y alma se relaja, pero se vuelve a repetir lo mismo para la siguiente prueba.
Este tipo de alumnos son los que chocan cuando se encuentran con determinado tipo de profesores los cuales buscan calidad y no productividad, generalmente en el área de humanidades, aunque en estos últimos tiempos esta área está igual en decadencia, así en este tipo de situaciones, un universitario “Dios” se ve rebajado a la condición de un “simple mortal” y es reprobado y esto implica toda una tragedia (sea disimulada o no) digna y con detalles al estilo griego. Se sienten indignados, lloran, se quejan, odian al maestro, en especial si es de Filosofía, ya que no se les calificó por lo que sabían sino por lo que comprendieron y asimilaron, y es normal ya que ¿De qué sirve el puro conocimiento si no es comprendido y no se sabe aplicar bien? Pero estos universitarios, al caer en esta situación son capaces de llegar al extremo de quejarse ante las autoridades universitarias, llegando a casos verdaderamente absurdos, casos que solo serían entendibles cuando más de la mitad o casi todo el alumnado repruebe dicha materia y en ese caso solo habría 2 opciones: el maestro esta fallando ya sea él o el método que usa, o los alumnos en su mayoría son unos “Neanthertales” y “Dioses” fallidos (nos inclinamos a pensar que esto último es lo más probable y común hablando razonadamente).Fuera de estas 2 categorías “Neanthertales” y “Dioses”, hay todavía otras 2: La de los filósofos y la gente común.
Dijo un sofista que el hombre es un animal de costumbres. Y es así que se puede decir lo mismo en cuanto a definir lo que es normal y común. Es la costumbre lo que determinará la forma en que va a ser explicado el termino, entonces un universitario normal, común y “Mortal”, es aquel que tiene algo definido, puede que esté algo indeciso pero no confundido, está convencido de lo que eligió, sólo que no encuentra cómo desenvolverse todavía, le cuesta estudiar y aprender pero no le es una “carga” pesada como a los “Neanthertales” ni los obsesiona como a los “Dioses”, simplemente hacen su esfuerzo y ya. No comulgan mucho con los “Dioses” a menos que sea para pedir asesoría o para copiarles en algo y esto no es siempre, en tanto que aceptan más a los “Neanthertales” porque les son personas más “sociables” o más en “onda”, no tan traumadas. Es este tipo de estudiante universitario el que puede llegar a sobresalir en algún momento, ya que no se desgasta mental ni físicamente como los “Dioses” ni es tan flojo y descuidado como los “Neanthertales”.
Por último están los filósofos como estudiantes universitarios. Al igual que la gente común no se desgastan, porque si llegan a desvelarse estudiando no les es como una carga pesada por ser obligación sino porque para estos estudiantes universitarios, al contrario de los otros tipos, ellos trabajan por gusto y amor a lo que hacen, por tanto, hacer algo extra o descuidarse un poco física o mentalmente no es un sacrificio, sino un placer y emoción por poder desarrollar lo que tanto se desea hacer.
Este tipo de estudiante universitario no estudia ni trabaja para producir ni sacar buenas calificaciones y tampoco busca obtener dinero de la licenciatura como tampoco conseguir una posición alta en la jerarquía universitaria o fuera de ella, sino por el amor a su “arte”. Para este estudiante universitario, el maestro no es más que sólo un complemento a su habilidad para desarrollar sus facultades y así como decía Rousseau, el educar y aprender es solo una parte del maestro. Estos estudiantes universitarios lo comprenden y por eso son ellos mismos quienes investigan lo que se les pide y aún investigan de más, y lo investigan de forma seria y sin el interés de conseguir una calificación, si acaso les interesará algún comentario sobre lo que se investigó y qué datos se le puede dar sobre lo que hizo, caso contrario a los “Neanthertales”, “Dioses” y “Comunes mortales” que generalmente investigan acorde a los parámetros y sólo hacen algo por cumplir con un requisito y a veces con falta de ganas y seriedad, sobre todo los “Neanthertales”.
Un estudiante universitario “Filósofo” es aquel que incluso es capaz de cuestionar y rechazar algo que se le enseña, si no cree que se le está dando la seriedad al tema o que el maestro es ineficiente para lo que se le requiere, es aquel estudiante que ante una injusticia reclama y exige que se haga algo, ya sea que esta injusticia haya sido cometida con un “Neanthertal”, “Dioses” o los otros. Y generalmente es aquel que es también capaz de ayudar a los otros para diversos fines, claro que por estas y otras razones, este tipo de estudiantes son los más rechazados y más reprimidos y a los cuales se les expulsa de las universidades ya que implican un peligro para la “Productividad” de los estudiantes universitarios, son revoltosos Marxistas, comunistas, anarquistas o cosas peores hippies, darks, punks o militantes de izquierda quienes atentan contra el progreso y la globalización. Adjetivos usados comúnmente por entidades universitarias corruptas a quienes les interesa más el dinero, la influencia política, manipular la educación y el pensamiento, la productividad y el capital; que la calidad humana de sus egresados. No les interesa como salgan, razón por la cual también sus programas de estudio son pobres en calidad, dando en sus licenciaturas materias de relleno y que sólo lavan el cerebro de los estudiantes, poniendo de pretexto contenidos absurdos para “desarrollar y “emprender” un mejor futuro, hasta los nombres de dichas materias suenan a superficialidad, queriendo expresar una supuesta cultura general, sin embargo Ortega y Gasset diría: “"Cultura general". Lo absurdo del término, su filisteísmo, revela su insinceridad. "Cultura", referida al espíritu humano -y no al ganado o a los cereales-, no puede ser sino general. Pero el caso es que si brincamos a la época en que la Universidad fue creada -Edad Media-, vemos que el residuo actual es la humilde supervivencia de lo que entonces constituía, entera y propiamente, la enseñanza superior… Se ocupa muy poco de profesión; todo es... "cultura general" -teología, filosofía, "artes". Pero eso que hoy llaman "cultura general" no lo era para la Edad Media; no era ornato de la mente o disciplina del carácter; era, por el contrario, el sistema de ideas sobre el mundo y la humanidad que el hombre de entonces poseía. Era, pues, el repertorio de convicciones que había de dirigir efectivamente su existencia.”[3]

Pero según esto el punto es que sirvan a las empresas a las que lleguen, les interesa que sirvan y no cuestionen, por eso las universidades están llenas de estudiantes “Neanthertales” que no cuestionan ni piensan y de “Dioses” que se matan y se obsesionan enfermizamente trabajando por dinero y necesidad y no por gusto, jalando de paso a los “Comunes mortales” que van como borreguitos siguiendo la corriente, mientras los estudiantes universitarios “Filósofos” son cada día más reprimidos, expulsados y vetados, no pudiendo ni quejarse porque inventan antecedentes penales falsos por si se quejan, llevándolos ante la “in”-justicia, por ser un peligro para la sociedad y su futuro tan progresista.

El deber ser de un estudiante universitario, es tener interés por la calidad de su investigación y por el bien que produzca y estar satisfecho por realizar algo que le gusta, y que cada día lo motive más para seguir en lo que hace y crecer como persona y ciudadano. Su deber no es descuidarse física ni mentalmente para conseguir un número que lo certifique como “Profesional”, tampoco debe por ganar un puesto en la jerarquía social, ni tampoco tener mucho dinero: la vida es un instante fugaz que se hizo para disfrutarse, para recrearse y evolucionar espiritualmente, no para fatigarse, desgastarse y corromperse y hundirse en lo material y superficial, al final todo lo material desaparece, el cuerpo mismo se pierde y lo único que queda es nuestra alma y lo que ella aprendió, solo somos estrellas en potencia, esperando ser soles en acto, lo que hicimos materialmente en este mundo no tiene sentido ni significado, mas lo que el alma aprendió y la forma en que evolucionó, es lo que permanec,e y es esto lo que motiva a un estudiante universitario “Filósofo”, encaminado a ayudar a mejorar la vida aquí pero también desarrollar de la calidad del ser humano.

“El verdadero estudio nuestro es el de la condición humana. Aquel de nosotros que mejor sabe sobrellevar los bienes y males de esta vida, es, a mi parecer, el más educado; de donde se infiere que no tanto, en preceptos como en ejercicios consiste la verdadera educación. Desde que empezamos a vivir, empieza nuestra instrucción; nuestra educación empieza cuando empezamos nosotros...Por eso la palabra educación tenia antiguamente un significado que ya se ha perdido, quería decir alimento.”[4]

Citas:

[1] Vease su libro “Emilio o de la educación” Capítulos 1 y 2
[2] Término acuñado y usado por Mariana Mendoza Dubois
[3] José Ortega y Gasset, Misión de la universidad. Editorial Alianza.
[4] Jean Jacques Rousseau, Emilio o de la educación, Editorial Alianza

1 comentario:

  1. "La Educación es uno de los derechos de todo pueblo ilustrado y sólo los déspotas y tiranos sostienen la ignorancia de la gente, para más fácilmente abusar de sus derechos." Miguel Ramos Arizpe.

    "Un principio del Arte de la Educación, en el que deberían fijarse especialmente los encargados de dirigirla, es el que no se debe educar a los niños conforme al presente, sino conforme a un Estado Superior, más perfecto, en el porvenir de la especie humana.” KANT.

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